El crepúsculo de un líder transformador, austero, populista y visionario.
Columna Directo y Sin Escalas, Por Gerardo Herrera
En un México que ha aprendido a navegar entre sombras y tempestades, la luz de la esperanza no es un destello pasajero, sino un fuego persistente que, contra todo pronóstico, ha permanecido encendido, incluso cuando el horizonte parecía más oscuro.
A diferencia de los informes de un pasado teñido por el fraude electoral y las sombras de la corrupción—como el de Miguel de la Madrid en 1988 o el de Carlos Salinas en 1994, ambos marcados por el escándalo—, el sexto informe de Andrés Manuel López Obrador despliega ante la nación un tapiz de logros, luchas y promesas, entrelazados con los hilos de una transformación que, aunque incipiente, ha dejado una marca indeleble en el alma colectiva de México.
La cuarta transformación se erige en el vasto escenario de la política mexicana como una obra en construcción, cuyos cimientos se colocan con la paciencia de un artesano y la determinación de un campesino que, terco y perseverante, sigue sembrando aunque la tierra sea árida.
López Obrador ha edificado estos cimientos con la convicción de quien sabe que los frutos no se verán de inmediato, pero que, como árboles que florecen tras años de sequía, la justicia social, el equilibrio y la equidad empiezan a dar señales de vida.
Antes, las arcas del gobierno se vaciaban en cuentas escondidas en paraísos fiscales, mientras los más necesitados seguían hundidos en la desesperanza. Hoy, esos recursos han encontrado un nuevo destino: las manos de quienes más los requieren.
Los programas de ayuda social han transformado la vida cotidiana de más de 27 millones de mexicanos, y aunque esos 14 millones de menores aún no pueden votar, su agradecimiento no se mide en papeletas, sino en el desayuno caliente que les permite empezar el día y en los útiles escolares que los preparan para un futuro más prometedor.
Hace seis años, López Obrador heredó un país sumido en una niebla espesa de corrupción, opacidad e impunidad. Pero como un jardinero que arranca las malas hierbas para dejar crecer el campo, ha comenzado a limpiar esa podredumbre.
La transformación, sin embargo, no es instantánea; es un proceso que llevará tiempo, tal vez otra década, para que los resultados de este esfuerzo titánico se manifiesten plenamente. Como dirían algunos, “Roma no se construyó en un día”, y la cuarta transformación sigue su curso, ladrillo por ladrillo.
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Entre los logros más destacados de esta administración se encuentran la refinería en Dos Bocas, el Tren Maya, el Tren Interoceánico, el Banco del Bienestar y la Megafarmacia. Estos proyectos, al igual que las grandes construcciones de antaño, no solo simbolizan el progreso, sino que también se convierten en pilares de una nueva era.
Con una moneda más sólida y una tasa de crecimiento promedio del 1%, se han sentado las bases para que la siguiente etapa de la transformación sea aún más próspera. Claudia Sheinbaum, quien toma la estafeta, tiene ante sí el desafío de continuar este camino y de llevar a buen puerto la visión que López Obrador ha comenzado.
No obstante, no podemos disfrazar la realidad cuando se trata del sistema de salud. Comparar nuestra situación con la de Dinamarca es un mal chiste; es ofensivo. Aunque se ha avanzado en la eliminación del monopolio de medicinas y en mejorar la distribución de medicamentos, queda mucho por hacer en el combate a las enfermedades y en la atención primaria de salud.
Al final, será la historia quien juzgue la gestión de López Obrador.
Mientras tanto, el presidente de México con la mayor aprobación popular se retira con la satisfacción de haber dejado una huella indeleble en el país, un legado que, a pesar de las críticas, es digno de reflexión y agradecimiento.
Nadie le puede regatear su convicción, visión y liderazgo.
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Gerardo Herrera | Director Editorial de Paralelo19 y de AG Medios Noticias, Comunicador y Crítico Político desde 2005, Laboró en Radio desde 1994, Autor de la Columna #DirectoySinEscalas, Fundador de la mesa de análisis Zona de Fuego, y Colaborador en NTR Puebla en W Radio y En Línea Debate 89.7 FM.
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